Aunque resulte difícil de creer, la mayoría de los minoristas no tienen una visibilidad en tiempo real de sobre la disponibilidad y ubicación de los productos en stock
Esto se debe principalmente a que resulta muy complejo controlar el movimiento de miles de articulos con múltiples talles y colores distribuidos en cientos de tiendas, y las auditorias físicas de inventario se realizan de forma esporádica
Solo a modo de ejemplo, la marca American Eagle realiza una auditoria física al año en cada una de las 950 tiendas que tiene en USA
Fuera ese evento especifico en el que la marca consigue ajustar la información de sus inventarios en el sistema de gestión, el resto del año se ve obligada a operar “adivinando” donde se encuentra un tercio de su inventario de jeans, suéteres y remeras
Este problema ha adquirido una mayor urgencia durante la pandemia, ya que los minoristas debieron convertir sus tiendas en “centros de distribución” para poder ofrecer a sus clientes la opción de recoger los pedidos realizados en línea y facilitar una entrega rápida de las compras
Según la consultora McKinsey, las tiendas no se encuentran preparadas para ejecutar este nuevo rol, ya que en la mayoría de los casos sus índices de precisión de inventario se encuentran entre el 65% y el 70%
“Se necesita un mayor nivel de precisión para asegurar una experiencia de compra satisfactoria, que actualmente la mayoría de los minoristas no están preparados para ofrecer”, comenta Michael Ryba, socio de la consultora Boston Consulting Group
Según el ejecutivo “La pandemia ha puesto a la gestión de inventarios en el centro de la estrategia de los retailers”
Si los minoristas no pueden establecer con certeza donde se encuentra un tercio de su inventario, enfrentaran muchos problemas a la hora de gestionar los pedidos recibidos a través del ecommerce
Según Brendan Witcher, analista de Forrester “al carecer de un recuento exacto del inventario que ofrecen a la venta en sus sitios web, los retailers comprometen artículos que no tienen stock, derivando en un gran número de cancelaciones de ventas”
Para resolver este problema, los minoristas han comenzado a implementar tecnología RFID para poder identificar a cada uno de sus productos y realizar un seguimiento periódico del inventario
Gracias a esta herramienta, las marcas pueden conocer en tiempo real su disponibilidad de inventarios y ofrecer estos productos en la web
Cuando los clientes realizan su compra, los empleados de las tiendas pueden atender los pedidos en línea con mayor rapidez, sabiendo exactamente dónde se encuentra cada artículo
El crecimiento de la tecnología facilitó que los costos se vuelvan muy accesibles, generando una adopción masiva por parte de marcas lideres como Zara, Nike, Levi’s, Adidas, Lululemon y H&M que ya han identificado cientos de millones de artículos con etiquetas RFID
Fuente: FORBES