Imagina la siguiente situación: al cierre de la jornada laboral y generalmente por la noche toca realizar el control de inventario físico

Todo el equipo deberá trabajar horas extras, contando manualmente los artículos o leyendo sus códigos de barra

Se dividirán por sectores, utilizarán marbetes para identificarlos y escribirán en cada uno la cantidad de artículos encontrada

También deberán controlar la mercaderia almacenada en cajas, descargando cada una y contando su contenido, pieza por pieza

Al llegar la madrugada, cansados y presionados por el horario, deberán ordenar todo y dejarlo prolijamente acomodado

Los datos obtenidos se ingresarán al sistema, para identificar la diferencias y poder comenzar con el ajuste del inventario

Y lo peor de todo, es que a pesar de todo el esfuerzo invertido, esa información se desactualizará rápidamente, hasta llegar al próximo inventario dentro de seis meses o un año

Justamente por estos motivos, es que a nadie le gusta participar de una auditoría de inventarios

Pero que pasaría si te dijera que existe una mejor forma de hacer las cosas, usando una tecnología que te permite realizar una auditoría completa en cuestión de minutos, casi de forma “mágica”?

La buena noticia es que esa tecnología existe y se llama RFID

Si estás interesado en conocer más acerca de esta herramienta, no dudes en contactarnos!